viernes, 31 de mayo de 2013

‘Udaltop’: edilicias topaketas (y 2)

Euskosusurros


«Una noche fría, muy fría, un grupo de puercoespines se apiñaban para darse calor. 
Ahora bien, si lo del calor funcionaba, en cambio sus espinas les hacían el contacto insufrible, pinchándose unos a otros. De modo que se separaron,  y separados sintieron frío.
Vuelven  a apiñarse y, en consecuencia, a pincharse.
Así aquella masa animal se contraía y dilataba rítmicamente, por efecto del frío y del contacto molesto.
Hasta que aquel conjunto palpitante alcanzó un equilibrio: una distancia crítica satisfactoria entre individuos.
Sólo así pudieron descansar y, lo que era más importante, sobrevivir hasta el día siguiente.

Moraleja:
Fue una solución de compromiso, no por empírica menos ‘racional’: algo menos de calor que apretujados, pero con el beneficio de no herirse unos a otros.
Por añadidura, la cultura puercoespinesca había ganado un concepto inédito: lo que en lo sucesivo  se entendió por ‘distancia de cortesía’, integrada a perpetuidad en las normas de  ‘Convivencia’ de la especie.»

Cuando leí por vez primera este (supuesto) apólogo alemán, en la Sociobiología de Wilson (1975, pág. 257) [1], no se me ocurrió pensar que el grupo de ateridos animalejos pudiera beneficiarse de algún espontáneo ‘susurrador de puercoespines’, que les soplara con suavidad la solución correcta. Se habrían ahorrado pinchazos y malos humores.
Además, qué más da. Mejor no correr el riesgo de un susurrador imaginativo, sugiriendo (por ejemplo) ponerse a bailar todos a lo suelto un zapateado frenético para entrar en calor. O peor aún: que dos de cada tres puercoespines se arrancaran sus púas para calentar mejor al otro tercio sin causarles enojo.

La V Topaqueta


       El pasado día 13 me ocupé de Udaltop, esa genialidad del Ayuntamiento de Lasarte-Orio, para ir ‘normalizando’ el vascuence en la zona a base de topaketas anuales.
Este año iban por la quinta edición. La V  Topaketa (abril 25/26) versaba sobre “¿Cómo activar a los paisanos para platicar con el ayuntamiento en vascuence? ¿Qué y cómo hacer, para que nos veamos en vascuence?” [2]
«Vernos y hacernos ver en euskera»: otro hallazgo expresivo complementario del «vivir en euskera».
Este año han sido en total 11 ponencias –todas en vascuence, menos una en catalán, doblada al batúa; ni una concesión al castellano–, con 17 ponentes ante un público como de 70-80 personas. 

Abrió la topaketa el Dr. en Psicología social y Prof. de la UPV Eduardo Apodaka Ostaicoechea, con la ponencia “Activación para hablar en euskera: algunas ideas desde la Psicología Social”.
El texto escrito, mayormente teórico y revestido del empaque que suele envolver las obviedades y rudimentos, para mejor inteligencia del público fue traducido por su autor a un vascuence más coloquial y atractivo, hay que reconocerlo. Atractivo, dicho sea con toda la ironía necesaria, tratándose de tema tan sórdido como es la manipulación social de la mayoría ciudadana por una franca minoría, para que cambie sus hábitos lingüísticos en el sentido fijado por la Administración Vasca, bajo el eufemismo de ‘normalización’ y eso de ‘vivir en euskera’.  

       ‘Activación’: otro eufemismo, para designar una manipulación impresentable. Y en reconocer esa ecuación, esa sinonimia, el psicosociólogo no se corta un pelo.
En ese supuesto, no era de esperar del ponente ni un asomo de crítica o de llamada a la honestidad. No le pagaban para eso. Su única crítica fue para las técnicas ineficaces y las prácticas contraproducentes. Es sabido que al funcionario municipal se le exige un vascuence de alto nivel. Lo cual no quiere decir que deba hacer alarde del mismo a través de la ventanilla, apabullando al  ciudadano que sólo chapurrea. Pues eso.

Más curiosas y de alcance fueron sus declaraciones en entrevista para la prensa.

P. «Concienciar, sensibilizar, motivar… ¿‘Activar’, es más de lo mismo?»
R. «Si ‘concienciarse’ es adquirir un conocimiento y ‘sensibilizarse’ adquirir sentimientos positivos, cuando hablamos de ‘activar’ decimos que, además, actuará de una manera determinada

¡Caray, profesor, eso suena un poco fuerte!
En efecto, él mismo es consciente de ello, sabe que lo sabemos y que estamos sensibilizados, aunque no sea positivamente. Por eso él mismo se cura en salud:

R. «Yo, de todas maneras, empecé mi intervención poniendo un poco en tela de juicio el concepto de activación [¡!], porque, para que un cambio de comportamiento sea durable, es el sujeto –la gente, en definitiva– quien tiene que tener el protagonismo.»

Pues menudo susto que nos ha dado, a lo que se ve, para nada.

P. «Mientras eso no se produzca, ¿seguiremos dando vueltas y más vueltas a la paradójica relación entre conocimiento del euskera y su uso?
R. «Claro, esa es la claveSuponemos, y es mucho suponer, que las actitudes hacia el euskera y su uso son favorables, pero luego hay un abismo entre los resultados de esos estudios y el uso real… »

O sea, que sin la bendita ‘activación’ no hay nada que hacer. En las encuestas, la gente tiende a lo políticamente correcto, y luego va y hace lo que le da la gana. La Administración ya tiene sus estadísticas para la galería, y como instrumento de presión. Si encima se las cree es problema suyo. La realidad social va por otro lado. A menos, claro, que intervengan los ‘activadores’ sociales –cobrando, por supuesto–, según los modelos que plantea Apodaka. Si la cosa funciona, la ciudadanía tomará el relevo y –esto ya gratis, sin dinero de por medio– y se convertirá en protagonista de su propio sacrificio altruista. A esto le llamaban los místicos ‘conversión’. ¿Estaremos hablando de mística?
Maleducado de mí, he interrumpido a don Eduardo. ¿Decía…?

R. «Decía que el problema en Ciencias sociales es que siempre hay un gran salto entre la sensibilización y la concienciación, y la práctica.»

 Ante tan hondo pensamiento, impávida la entrevistadora insiste en el caso concreto del euskera. De nuevo Perogrullo inspirando al interpelado:

R. «Hay que abordar otros aspectos como, por ejemplo, las competencias lingüísticas… »

Dicho en román paladino: los euscaldumberris prefieren hablar en castellano porque no se fían mucho de su batúa, y hacen bien, porque casi siempre aciertan, y aun suelen ser muy optimistas.  
Un profesor, un científico serio, debería sentir piedad por esa pobre gente, y no torturarla con experimentos de ‘activación’ inhumanos. Pero ¡quiá!, en Udaltop lo que se pide son resultados.  Así, tras reconocer Apodaka que las encuestan mienten, él mismo como que hace otro tanto y halaga a los patronos:

P. «¿Sugiere eso que muchos diagnósticos y políticas se basan en verdades a medias?
R. «O que se ha hecho un trabajo social de adaptación al entorno. Hay un estado general favorable al uso del euskera, y luego hay una pragmática (sic) y una serie de normas tácitas sobre el uso, que distan mucho de apoyarlo.»

Como no se refiera don Eduardo a una conspiración generalizada contra el uso del vascuence, de verdad que no le entiendo muy bien. Pasemos por alto esa ‘pragmática’ (que debe de ser ‘práctica’ o ‘praxis’, supongo), ¿a qué normas tácitas se refiere? Tal vez a ésas del tipo, «donde haya dos o tres reunidos en nombre del euskera, en llegando un castellano hablante se pasará al  castellano».  Si es así –y excluída la supuesta conjura anti eusquérica–, será cuestión de averguar, a quien le importe, el sentido de esas ‘normas’: cortesía, conveniencia, o incluso comodidad de quienes dejan con alivio una conversación algo larga en eusquera, que también ocurre.  
Pero más me sorprende la afirmación, «hay un estado general favorable al uso del euskera». ¿De veras? ¿Cómo lo sabe? A ver si también el sociólogo se cree sus encuestas…
No, claro que no:

R. –«A veces nos hemos engañado con la idea de que había un consenso general, pero yo creo que nunca ha existido un consenso sobre lo que se quería hacer…»

A punto de romper en un aplauso, lo que sigo leyendo me deja perplejo:

R. –« … Más bien ha habido un consenso sobre dónde se quería dejar el tema de la lengua, y de dónde se quería sacar. »

¡Consenso! Como ya toqué eso del consenso o ‘asenso taciturno’ en los inicios de este blog, allá me remito. No se confundan los consensos y trapicheos entre políticos y el consenso ciudadano sobre un tema tan sensible como la modificación del mapa lingüístico y la euscaldunización forzosa de toda una generación (que se dice pronto), sin un referéndum ni consulta al respecto.

El resto de la entrevista es un sí,  pero no, una ensaladilla de sensatez y cinismo, en torno al euskera. Se reconoce la realidad de

«diferentes grupos y posiciones de interés…, y que se expresen también las posiciones absolutamente contrarias a su extensión»
«La gente está implicada de forma muy integral en el uso de la lengua [de la propia, se entiende], por lo que modificar sus costumbres en esa materia es modificar a las personas y construir nuevas identidades»
«Durante un tiempo, el fundamento de esa identidad ha sido la identidad nacional, la construcción de un sujeto nacional vasco individualizado. Se iba a la contra, era una reacción a la homogeneización nacional española que se había construido mediante la escuela y otras instituciones. Pero esos modelos yo creo que van cediendo… »

¿Libertad lingüística, por fin? Y naranjas de la China:

P. «Hay que buscar nuevos caminos y nuevas perspectivas para avanzar en la normalización del euskera. »

R. «Creo que de eso somos todos conscientes. Hemos pasado de una fase en la que imperaba un modelo de intervención social clásico… Ahora vemos que… el cambio social es un cambio de las personas.  Tiene que ser asumido por ellas mismas, y ‘asumido’ quiere decir que tienen que ser las protagonistas.»

Mi gozo en un pozo, maestro. ¿Algún alivio siquiera? Sí:

R. «Reivindico para la lengua [vasca] que se creen ambientes confortables para cambiar actitudes».

Porque cambiar, eso de todas todas. Y puesto que el cambio está decidido de arriba abajo y no es negociable, que a lo menos ese cambio, la euscaldunización, la imposición y el trágala para la construcción nacional nos sea leve, en espacios confortables, donde los implantes de masa encefálica programada nos activen las áreas placenteras, y disfrutemos en nuestra nueva identidad.



       Idílico y etílico
Coincidencia, hoy mismo nos hablaba la prensa de uno de esos espacios idílicos de reencuentro en el implante ancestral. El Ibillaldi de este año –esa fiesta del euskera para el euskera– se ha celebrado este año en Portugalete. 
Precisamente ‘Portugalete, «donde el vascuence fenece» (Garibay, siglo XVI). Un espacio confortable para miles de euskaltzales (amantes del vascuence), bajo el lema bíblico, «Aldapa leunduz», ‘Suavizando la cuesta’: 

       «Todo valle se terraplenará,
todo monte y cuesta se suavizará,
los caminos sinuosos se enderezarán,
y los vericuetos se allanarán» (Isaías, 40: 4)

Un paisaje confortable para «vivir en euskera» y para «dejarse ver en euskera». Aunque también para dormir la mona en euskera la turba de borrachuelos. Más de 30 casos de coma etílico advertía el Ayuntamiento, contando sólo los atendidos por la DYA. «Morir en euskera», no por esta vez, a Dios gracias.

–¿Y qué culpa tiene de eso el vascuence?
–Ninguna. Ha sido toda del alcohol. Como lo de aquel simplón del barrio bilbaino de La Peña, que habiendo hecho un estropicio con ácido se disculpaba:
Yo n’ha sío, ha sío al ásio.

Hizo gracia y le absolvieron. O sin ir tan lejos en el tiempo, como el otro simple que comentaba ayer la noticia en El Correo:

«¿Pero a dónde vamos a llegar?  31 comas etilicos, de más de 100.000 personas...  El porcentaje suele ser mas alto en Pozas un día de partido, por poner un ejemplo. ¿De verdad os parece tan grave, que sale a 3 de cada 10.000? ¿No estaremos exagerando un poquito con todo esto?...  He estado en la feria de Sevilla y Cordoba,  y alli los españoles de sobrios , silenciosos y respetuosos nada de nada. Y aqui el castellano parlante tampoco es mejor o peor que el euskaldun. .. A ver dime una sola fiesta donde no se haga lo mismo. .. Yo estuve todo el dia en los 4 gunes y si que vi chavales pasados, pero no eran la mayoria como quereis hacer creer.» (Ayer, 11:37 AM)
 _____________________________________ 

       [1] Hay trad. españ. Edward O. Wilson, Sociobiología. Omega, 1980.
[2] “Nola aktibatu herritarrak udalarekin euskaraz jarduteko? Zer eta nola egin, euskaraz ikus gaitzaten?” ) 
No se fien mucho de este traductor. Fíense aún menos de los traductores automáticos de euskera. Por ejemplo:

Trad. automática:
1. Google multilingüe:
Cómo permitir que los ciudadanos actúen de? Lo que hay que hacer y cómo hacerlo, vea en nosotros?
2. Opentrad gratuito:
La activación de este objetivo se con el Ayuntamiento para adquirir competencias en euskera? ¿Qué y cómo hacer para hacer nos visibles en euskera?





viernes, 17 de mayo de 2013

Nobel fáustico (y 3)


Clonación humana


Audax omnia perpeti
Gens humana ruit per vetitum nefas  
  

En octubre del año pasado,  abrí una miniserie titulada ‘Nobel fáustico’, sobre el tema de la clonación por trasplante nuclear, a propósito del tardío premio Nobel al pionero John B. Gurdon.
Y tan mini. La miniserie se me quedó colgada en su capítulo 2, como anunciando un 3 que no escribí, donde pensaba explicar el adjetivo ‘fáustico’, aplicado a este tipo de experimentos. Posteriormente volví a tocar el tema, a propósito de un experimento mental de santo Tomás de Aquino sobre clonación humana por tejido corporal no sexual de individuo adulto, y su consecuencia teológica sorprendente: tales clones no heredan el pecado original.

Estos días es noticia otra première: la clonación humana aplicada a la obtención de células embrionarias de eventual utilidad  médica [1].
Desde luego, nada de clonar individuos humanos, ni siquiera fetos. De momento, todo muy  primario, sólo blástulas con su blastocisto o primera masa celular embrionaria, como semillero de células diferenciables en distintas estirpes prometedoras: células β de páncreas, productoras de insulina; diferentes tipos de células sanguíneas de reemplazo; células de miocardio para parchear necrosis por infarto; hepatocitos (las células principales del hígado), como sustituto ‘seguro’ del azaroso trasplante; neuronas, tal vez como recambios en dominio tan complejo como es el sistema nervioso, suponiendo que funcionen como se desea… El equipo investigador que acaba de publicar su hallazgo ni se plantea la producción más o menos seriada de individuos humanos.
Ahora bien, la clonación humana se conoce desde siempre como cosa natural, aunque accidental. Los clones espontáneos se llaman gemelos idénticos o uniovulares (no simples mellizos), y como norma no pasan de dos. Pero ahí tenemos el caso del armadillo (Dasypus novemcinctus,  D. hybridus), cuya hembra tiene de un mismo ovocito fecundado cuatro crías gemelas idénticas (poliembrionía).
¿Qué llama entonces la atención en un experimento  que, hoy por hoy, es sólo un torpe remedo de la naturaleza? 

Bromeando diríamos que el haber tardado tanto. Y aun hay quien culpa al presidente Bush Jr., por su veto timorato a la investigación en células troncales embrionarias. Lo cual no tiene mucho fuste, pues eso fue en 2006 y no todos los laboratorios del mundo, ni  siquiera todos los de aquel país, carburan con dinero federal norteamericano.
Ahora en serio. La reproducción humana es complicadilla y guarda muchos secretos. La investigación por tanteo y por ensayo y error no es la más productiva, aparte de ser la menos elegante. ¿Qué morbo tiene, entonces, esta carrera de obstáculos hacia la clonación artificial humana?
Yo diría que lo fáustico. El genio romántico de Goethe se apoderó de la leyenda de un tal Dr. Johan Faust (h. 1480-1540), nigromante que pacta con el Demonio para su propio mal, transformándola en mito filosófico bello, aunque un tanto atravesado. Por de pronto, su Dr. Fausto se llama Enrique, ávido de ciencia trascendental o mística, a lo que el diablo Mefistófeles, su antagonista, sólo aporta cinismo y maestría en el celestineo.
Pero aunque haya sido el héroe trágico de Goethe (1806)–y antes, de Marlowe (1604)– el que dio pie a hablar de lo fáustico, la idea en sí es de siempre. La Biblia y la Mitología recogieron nombres de audaces descubridores e inventores que cambiaron la vida de la humanidad, no sin daño:  los ingeniosos descendientes de Caín –a los hijos de Set les dio más por la Teología («Enós fue el primero que invocó a Dios por su nombre, Yahweh» (Génesis, 4: 26)–; Noé, el primer gran arquitecto naval y gran catador de vinos… Pero sobre todo, los arquitectos de la Torre de Babel.
El patriarca Noé, en lo naval, no puso mucho de lo suyo. El proyecto y hasta los planos con sus medidas se los pasó el Señor; por cierto, antes de la experiencia vitivinícola, que esa sí fue suya, y fáustica en la resaca.
La empresa babélica fue auténticamente fáustica, por la audacia y por la tragedia que como sombra inevitable sigue a aquélla. Un instinto nos dice que hay saberes prohibidos, inventos que jamás se debieran realizar. «Traernos Prometeo el uso del fuego, y volvernos pantufleros  enclenques, todo fue uno», viene a decirnos Horacio. Pero leamos la segunda mitad de su oda, donde ironiza sobre los inconvenientes del progreso:

En vano un dios prudente
puso entre tierras mar infranqueable,
si al fin naves impías
por senderos vedados la vadean.
Atrevida con todo,
la humanidad se arroja a lo prohibido.
El audaz Prometeo
del cielo el  fuego con astucia roba,
y con él los achaques
nos trajo y la cohorte de dolencias
que aceleran el paso
hacia la Muerte, que antes  era lento.
Prueba el vacío Dédalo,
y con alas no dadas al humano
el aire fuerza, como
Hércules el infierno en su trabajo.
Nada nos es difícil:
ahora nuestra locura atenta al cielo,
así el airado Jove
no dé, por nuestra culpa, paz al rayo [2].


Lo fáustico pasa por una etapa imitativa de lo natural, para luego tomar la iniciativa y crear lo que la naturaleza tal vez produce, pero no ha seleccionado. Porque, en su ceguera estadística y probabilística, eso no toca, no funciona.
Ahí está el problema y el peligro de jugar con fuego, cuando los no ciegos del todo, pero estadísticamente cecucientes y poco informados, aventuramos una partida. Si tuviésemos información bastante, si nuestra tabla de contingencias fuese completa… ¡Ah!, pero en ese caso seríamos ‘como Dios’. Y Di0s no existe, en el sentido de que ese hipotético Crupier ausente deja jugar, y jugar, y jugar, así salte el mundo.
Eso que la Biblia llama ‘el Dios escondido’, para los ateos tiene otro nombre: desinformación. Dios –lo que va quedando de Él es lo que todavía ignoramos. Nuestra Ciencia está en mantillas, y el linaje de Jápeto será todo lo audaz que quiera, pero es todavía un cegato a rastras de su palo.

La dimensión ético-estética de lo fáustico
No se trata (sólo) de moral, aunque también. Porque la normativa ética no la creamos nosotros, nos viene dada por una ‘selección cultural’. Llena de prejuicios y otro lastre, pero con dos virtudes muy de tener en cuenta: 

1) Se formó y evolucionó en una humanidad más en estado de naturaleza que la nuestra.
2) En muchos ámbitos ha funcionado. No a la perfección, pero ha funcionado. Y los que proponen cambiarla no siempre conocen los pros y contras.

A mí me gusta la sopa caliente y la calefacción en invierno. Pero debo reconocer que el confort excesivo me vuelve catarroso y más propenso a la neumonía. Tal vez haya unos parámetros térmicos que no me conviene traspasar. 
La clonación humana  estaba cantada. Algunos hasta pretenden haberla logrado hace años. Cuestión de paciencia y también  golpe de suerte. Esta vez ha sido un golpe de cafeína. No sé si golpe de diseño, o de ‘sonó la flauta’. La histología del sistema nervioso, que llevó a nuestro Ramón y Cajal al premio Nobel (1906) –injustamente compartido con un  pobre Golgi, que ni supo bien de qué iba el invento de la neurona–, sabe mucho de esos ‘toques’ empíricos, esos ‘secretos’, esos ‘trucos’. Por algo Cajal sabía también mucho de fotografía, de la de entonces.
Lo que queda por hacer en esta línea (y seguramente se hará, si es que no se ha hecho ya de forma clandestina) –la clonación de individuos humanos– jamás debería ser una carrera hacia la meta de la prioridad, la patente, la ganacia y la satisfacción de necesidades ficticias. Traspasa la frontera de la ética y de la selección cultural. Por eso,  la carga de la prueba de sus bondades tiene que pesar muy en serio sobre los hombros de los trasgresores.
Si un día ha de ser –y no hablo de partenogénesis inducida–, creo que me agradaría más una vía a lo Santo Tomás en su experimento imaginario: dejarse de óvulos naturales e ingeniarlos sintéticos. Bandearse con una bioscopia de glúteo, por ejemplo, todo células somáticas, nada de sexo. ¿Por qué? No lo sé, algo estético, más que racional. ¡Ah!, y el vientre materno sólo  para los casos de clonación filial o adoptiva. Para las clonaciones industriales, con destino a la militancia en partidos políticos, así como para la clase de tropa ciudadana identitaria, mejor incubadoras también industriales. A lo Aldous Huxley en Brave New World (Un mundo feliz, 1932). El feto y la gestante dialogan mucho, y eso sofistica una operación donde todos los individuos de cada serie deben venir al mundo limpios, «como la calva del viejo», que decía el otroquasi tabula rasa, in qua nihil est descriptum. 

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       [1] Masahito Tachibana et al., ‘Human Embryonic Stem Cells Derived by Somatic Cell Nuclear Transfer’. Cell, 153 (2013): 1-11; 6 de junio 2013.
       [2] Horacio, Odas, 1, 3, vv. 21-40:

Nequicquam deus abscidit
prudens Oceano dissociabili
terras, si tamen impiae
non tangenda rates transiliunt vada.
Audax omnia perpeti
gens humana ruit per vetitum nefas.
Audax Japeti genus
ignem fraude mala gentibus intulit.
Post ignem, aetheria domo
subductum, macies et nova febrium
terris incubuit cohors;
semotique prius tarda necessitas
Leti corripuit gradum.
Expertus vacuum Daedalus aera
pennis non homini datis,
perrupit Acheronta Herculeus labor.
Nil mortalibus arduum es.
Coelum ipsum petimus stultitia, neque
per nostrum patimur scelus
iracunda Jovem ponere fulmina.





lunes, 13 de mayo de 2013

‘Udaltop’: edilicias topaketas (1)


Logotipo presentación de UdalTop

Udaltop es un matojo en el matorral de entes de sinrazón que brotan y prosperan en el jardín del vascuence, merced al abono inagotable de dinero público.
Como el nombre indica, Udal + Top, la misión que se han autoencomendado los ‘udaltópicos anónimos’ es organizar edilicias topaketas  o ‘encuentros’  (del cast. topar, ‘encontrar o encontrarse con alguien o algo’; y éste del griego τόπος, ‘lugar de topaketa’ [1].
Pero uda remite también a udaberri, la primavera. En efecto, cada año el encuentro tiene lugar en esa estación. Topaquetas: encuentros anuales vernales, un amor, událico, edílico, idílico, eudélico… etílico también, por qué no, si los encuentros van «dirigidos a los servicios municipales de euskera».
Eso sí, el neologismo topaketa habría estado mejor como sinónimo de la topeka, el ‘deporte’ rural de la lucha de carneros a topadas, con fortísimas apuestas a beneficio de los dueños. Celebraciones que también solían coincidir con el signo vernal de Aries [2]. 
 
Del libro ‘1000 juegos y deportes populares y tradicionales’
por P. Lavega y S. Olaso, Paidotribo, 2007, pág. 172.
 Pero esos son otros otros carneros. Hablemos de los amos y empresarios de este otro ruedo ibérico (todavía).

La idea de Udaltop surgió en el Ayuntamiento guipuzcoano de Lasarte-Oria. Lasarte se integra en la pintoresca comarca y mancomunidad de Buruntzalde, en la Guipúzcoa profunda, que agrupa así mismo a Andoain, Astigarraga, Hernani, Urnieta y Usúrbil. Objetivo: la euscaldunización o ‘normalización’ lingüística de este tramo del valle del Oria.
Por lo visto, o no han hecho bien los deberes, o la tarea les supera. Según estadísticas –que luego veremos– el vascuence es todavía minoritario frente al español. Y eso a pesar de la inmersión escolar y de la presión agobiante en todos los ámbitos.
Para poner remedio a semejante estado de cosas se han discurrido, entre otras, el Udaltop con sus Topaquetas.
Este año iban por la V Topaqueta. Quiere decirse que Udaltop no es invento de Bildu, no malpensemos.  Por ejemplo, en la III Topaqueta 2011, siempre primaveral, colaboraron la Diputación Foral de Guipúzcoa de Markel Olano (PNV), la Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco y Eudel («asociación autónoma», sic!), con el patrocinio de Kutxa (aka ‘Tu/mi/nuestro/su Dinero’). Martín Garitano –el ‘independiente’ de Bildu– no fue Diputado General hasta junio.
Así Garitano no tiene por qué responder de despilfarros anteriores, con los suyos bastante tiene. El más reciente600.000 euros –unos 100 millones de ‘las antiguas pesetas’– para la renovación y ampliación de la ikastola privada ‘Xalbador’ en Cambó-les-Bains (Francia). 

«Suscribieron el convenio  Garitano y la presidenta de este centro educativo, Teresa Lekumberri. En el acto participaron asimismo Zigor Etxeburua, director de la Dirección de Euskera de la Diputación Foral de Gipuzkoa; Koldo Tellitu, presidente de la Federación de Ikastolas; y Paxkal Indo, presidente de Seaska

Seaska: federación de ikastolas del País Vasco Francés. Seaska «es la organizadora del Herri Urrats (HU), y pertenece a la Confederación de Ikastolas de Euskal Herria». Todavía en marzo pasado el presidente de Seaska era Hur Gorostiaga, vasco-francés de toda la vida. Como Teresa Lecumberri. Ahora preside el músico francés-vasco Paxkal Indo.
 Herri Urrats (Paso Popular) es como aquí la Korrika: un festejo anual de fachada, para aparentar que de esa limosna vive el vascuence. La concurrencia al festejo francés, mayoritariamente española, transportada en autobuses. Antaño el destino de los creyentes era Lourdes, hogaño todos al HU. Esta primavera ha sido en Senpere, junto al hermoso lago de Senpere. Y en este XXX aniversario del HU, junto al lago de Senpere, Radio Euskadi hizo una entrevista a Mr. Indo.
¿Que dónde cae Senpere? Buena pregunta. Quiza sea más conocido como Saint Pée. San Pedro, en castellano. Lo que me plantea un par de dudas:

1ª) ¿Por qué el vascuence aquí y allí, para distanciarse de la lengua nacional respectiva, sigue normas contrarias? Allí el vascuence recupera la erre, Pée > Pere; aquí al revés, desechamos las enes intervocálicas por sistema: Lemona > Lemoa, Lejona/Lexona > Leioa, Galdacano > Galdakao, Ochandiano > Otxandio etc. Y Sopelana = Sopelana,  porque no se gustó a sí misma como Sopelaa/Sopela, que escrita la vimos. Y con razón, si –aparte de lo feo y cacofónico– Subijana no es Subija...jajá, disfrazada de Subillana, pero con la ene de las narices. ¿Tendrá algo que ver, aquí o allá, la influencia gascona, perdón, gascoa? En cuyo caso, ¿qué ente de razón o sinrazón vela por los derechos del gascón en la zona vasco-francesa?

2ª) Escuchen ahora la entrevista y oirán, como yo, que allí Guipúzcoa se pronuncia hoy Chipuscóa. Antes era ‘Le Guipuscoa’, y así se pronunciaba y se pronuncia en el resto de Francia. Y no me burlo del Chipuscóa, me parece perfecto, y sólo reclamo el mismo derecho para pronunciar en español Jipuzcoa, si el nombre oficial, incluso para la RAE, es Gipuzkoa.

En la entrevista, don Paxkal acentuó el tono victimista de la causa del vascuente en aquella parte de Francia. Tanto así que escuchándole se diría que esa causa perdida –tan perdida como el indígena gascón, no le quepa duda–  es responsabilidad nuestra, más que de Francia. Porque el tipo sabe nadar y guardar la ropa, allí no es como aquí, todo el monte orégano.
Obviamente, la gratitud del músico se centró en la esperanza respecto al Gobierno Vasco (español, se entiende), pero sobre todo al donativo suscrito por Garitano.
       Por su parte, el Diputado General jipuzcoano lo justifica por la «responsabilidad institucional para con el euskera», y obligada solidaridad con los oprimidos de Iparralde, por «todos los obstáculos que la Administración francesa pone a la normalización». «El Estado Francés está planteando toda clase de dificultades a la normalización de la vida en euskara».
Y dale. Lo mismo pudo justificarlo porque ese colegio y finca privada tiene su acceso en la malhadada Avenida de España.
Garitano se dispara:

Es «obligación del conjunto de los vascos» garantizar ese derecho. Según él, en Gipuzkoa esta medida «lejos de suscitar críticas, suscita numerosas adhesiones y simpatías». El Gobierno foral «no está invirtiendo en el extranjero», puesto que «Ipar Euskal Herria no lo es». En fin, ese dinero «está bien gastado en formación para ciudadanos vascos que van a trabajar en el futuro en Euskal Herria, a un lado o a otro de una frontera que nosotros no reconocemos».

Pues si eso piensa, lo que tiene que hacer el Diputado provincial y provinciano es promover una ley al respecto.  Lo que no es de recibo es que una Diputación provincial se atribuya competencias en la definición de estados y demarcación de fronteras entre ellos.
De ahí la arrogancia con que remata su alegato este supuesto ignorante:

«Si el Estado Español gasta en el Instituto Cervantes para enseñar castellano en China, por qué está mal que Gipuzkoa colabore con Lapurdi para que esos niños tengan el derecho a tener una educación secundaria en euskera».

Pues por eso mismo que usted acaba de reconocer, señor diputado provinciano: porque es el Estado Español. Como existe el Estado Francés y otros muchos estados que hacen lo mismo. Porque pueden lo que usted no. Porque son estados, no provincias de un estado, con fronteras interestatales reconocidas por  Naciones Unidas, por los Atlas Geográficos de algún prestigio, y por quien no sea un provinciano reyezuelo de taifa como usted. Lástima que no haya alguien del Gobierno de España y de su Poder Judicial que se lo recuerde en forma. 
Porque la importante distracción de fondos de Guipúzcoa podría tener otra explicación, si ‘Xalbador’ es en su origen criatura de Batasuna/ETA.  De ser así, he ahí al ‘independiente’ diputado barriendo para el convento.  ¿Apropiación indebida? Eso depende; pero extralimitación de competencias y por ende malversación de fondos públicos, en todo caso [3].
El Delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, se queda muy cortito al interponer recurso contencioso-administrativo, entendiendo que la Diputación de Guipúzcoa se ha excedido en su competencia territorial  en materia que compete al Gobierno Vasco. Porque si se refiere a «los 400.000 euros que destinará a los agentes sociales (sic) que trabajan en favor del euskera en el País Vasco Francés», seguimos en las mismas: ¿a santo de qué se nos obliga a todos, quieras que no, a cargar son ese mochuelo? Que ayuden los militantes aberchales, de su bolsillo. Lo demas es robar.

Volviendo a Buruntzaldea y sus Topaquetas
La I edición se titulaba así: Impulsar el uso del euskera en el ámbito familiar.
¿Por qué y para qué? ¿Qué interés legítimo puede tener un gobierno, un ayuntamiento, nadie, para invadir la intimidad familiar lingüística? Se podrían entender campañas informativas para mejorar hábitos higiénicos, dietéticos etc., y aun eso con tacto. ¡Pero discurrir artilugios para que la gente en su casa se comunique precisamente en vascuence! (O en castellano, o en turco, daría la mismo.) Decididamente, estos totalitarios toman a los ciudadanos por monos de imitación o zoofauna amaestrable, de otro modo no se explica. ¡En el ámbito familiar! ¿Pero no quedábamos en que el bilingüismo era un instrumento para la convivencia entre vascos? Pues métanse ahora en las casas, donde una de dos, o toda la familia se lleva bien, y hablan en lo que les parezca; o algunos de los miembros están mentalizados,  y  ya la tenemos montada con la discordia lingüística. 
El portal ‘Buruntzaldea euskaraz’ (Buruntzalde, en euskera) con su propio título indica que su finalidad no es ‘normalizar el bilingüismo’, sino más bien  combatirlo,  para imponer el monolingüismo vasco. ‘Vive en euskera’, así de claro.

       Sus preocupaciones incluyen: ‘Compra el pan en euskera’, ‘Compra la fruta y verduras en euskera’,  ‘Pida la carne en euskera’, ‘Compro el pescado en euskera’, ‘Mi primer plato en euskera’

       Tras las cosas de comer, viene la ‘Declaración de la renta’, el ‘Permiso de conducir’, las ‘Gestiones económicas’ etc., siempre en euskera. 

       Y por fin, cosas más caprichosas (‘Quiero que me peinen en euskera’); o más preocupantes: Apelliduak abizendu, o sea, cómo euscaldunizarse los apellidos. Como quien se riza el pelo.

       En esta línea de euskaldunización, los editores del portal no olvidan las estadísticas. Que, como digo, no son muy lucidas, para tanto esfuerzo y derroche. Partamos de un dato: la comarca en conjunto  contaba un total de 69.159 habitantes (2012). Pues bien:

«Sociolingüísticamente hablando (sic), también es una comarca con una amplia diversidad» (¿!). Y sigue:
«Los datos que se recogen son únicamente los referentes al euskera. Esto es, número de personas que conocen el euskera, número de personas que tienen como primera lengua o lengua materna el euskera, y aquellos que hablan euskera en casa, respectivamente.»

Hemos leído bien: «número de personas» que sí así o asá. Y aunque para «más información» se nos remita a documentos del Gobierno Vasco, concretamente a la EncuestaSociolingüística del 2006, que perpetraron la inefable consejera Miren Azkarate y su viceconsejero el inevitable Patxi Baztarrika, no nos confundamos. Se podrá estar o no de acuerdo con la Inkesta/Encuesta, en cuanto a utilidad, bondad y método; pero es una encuesta, no un censo. Mientras que lo que va a mostrarnos Buruntzalde es el censo exhaustivo de sus ciudadanos categorizados en función de su bilingüismo, su lengua materna, y por si fuese poco, por el uso del vascuence en sus hogares.
Aquí lo tienen. No es menester leerlo entero, un golpe de vista es suficiente. Todos y cada uno numerados, desde los niños de 5 años para arriba: 
 

No nos desilusionemos. Salta a la vista que es poca cosa y algo atrasada. No es todavía el censo-censo ideado por Zigor, su «registro completo de vascoparlantes» para toda Jipúzcoa y bajo todos los aspectos: el euskera domi militiaeque, urbi et orbi, según horas del día y de la noche, etc. etc.  Y sobre todo, faltan los nombres con sus apellidos y DNI. Ellos los tienen y todo se andará. De momento, no se niegue a los ediles událicos de Buruntzaldea un celo cuasi etílico por aproximarse al ideal.
Las encuestas lingüisticas del Gobierno Vasco  a través de EAS («¿Qué es EAS?», se pregunta EAS a sí misma Otra sigla, ya, pero ¿qué más? El Sistema de Indicadores Lingüísticos de Euskal Herria; digamos, un método estadístico para evaluar esa ‘seña de identidad’); las encuestas lingüísticas tienen un método, que se explica y que más o menos se entiende.
Pues ahora que nos expliquen cómo, con qué autoridad y por qué métodos se ha confeccionado el censo lingüístico –que no encuesta– de Buruntzalde. ¿Declaraciones espontáneas? ¿Correo individualizado? ¿Buzoneo? ¿Chismorreo? ¿Chivatos de la paz? ¿Escucha transparietal? ¿Aquí todos nos conocemos?... Me quedo con esto último.
Y todo eso, ¿para qué?
Para cambiar los hábitos lingüísticos de la gente, siempre a favor del euskera. Lo vemos otro día, de la mano de ‘El Hombre que susurraba a los Maquetos’.
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[1] Aquí me río del Corominas-Pascual, 5: 547-549 (es broma). 

[2] Topaketas foráneas las hay también hasta en el remoto Afganistán. Doquiera que haya moruecos.


[3] Las icastolas del País Vasco Francés datan de 1983, el año en que el lendacari  Garaikoetxea, acompañado de Jordi Pujol, se entrevistó con Felipe González  para proponerle una plan de pacificación para Euskadi, con participación de su partido (entonces), el PNV, PSE y Herri Batasuna, representada entonces en el Parlamento. Eso era el 13 de enero. A las dos semanas, el 28, HB forzaba la suspensión de aquellos contactos.

Desde 1998, el Gobierno Ibarretxe tuvo que pagar fuerte tributo anual en forma de ayuda a las ikastolas foráneas. Sin negarle del todo la buena voluntad, fue como una figura de ‘impuesto revolucionario’, ya que algunas incluso daban trabajo a etarras ‘legales’. Un millón y pico de euros, año tras año, no es chocolate de loro.